Con la boca entreabierta, unos labios muy gruesos y ojos enormes
vigilan desde las paredes de una cueva en Timor Oriental unas caras
talladas por hombres primitivos del Pleistoceno y que un grupo de
científicos ha descubierto por casualidad.
Las caras talladas las han descubierto científicos de la CSIRO, una organización nacional de investigación científica australiana.
Timor Oriental está en una isla situada precisamente encima del continente australiano.
Los científicos (paleontólogos y arqueólogos) andaban en la cueva Lene Hara en
2009 buscando algo completamente distinto a grabados en paredes hechos
por humanos. Buscaban restos fósiles de ratas gigantes.
Según
cuenta uno de los investigadores que estaba en la cueva con su casco
con linterna incorporada, los típicos que llevan los mineros y los
espeleólogos, buscó con la vista a uno de sus compañeros que estaba
sentado en un saliente, tomándose un respiro. Al mirarle iluminó la
pared sobre la que estaba apoyado y vió una cara tallada.
Los petroglifos datan de hace unos 11.000 años. La cueva Lene Hara lleva estudiándose desde la década de los sesenta del siglo XX.
Desde entonces los arqueólogos la han recorrido de arriba abajo y han encontrado dibujos de manos, de barcos, animales y humanos hechos con pintura color ocre, que han analizado y datado de hace 30.000 años, bastante antes que las caras talladas.
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