Estos monos narigudos, que muchos
han bautizado como Pinocho-porque su nariz es muy larga-, son
los primeros primates conocidos que regurgitan con regularidad y
'remastican' la comida.
Los investigadores, de la Universidad japonesa de Kyoto, sospechan que este
comportamiento permite que los monos consuman más alimentos.
Esta conducta les permite digerir los alimentos grandes de forma más
rápida "para que puedan comer más". Muchos animales arborícolas comen
hojas de peor calidad, porque se limitan a las ramas más grandes, por
lo que la posibilidad de comer más podría ser crucial para su supervivencia.
Y
aunque los investigadores comprobaron que la dieta -fibrosa- de los
monos se basaba en hojas y fruta, no pudieron establecer una relación
directa entre el tipo de comida y el acto de la regurgitación.
Al margen de estos monos, o de las vacas (animales rumiantes), hay otras especies que se comportan de la misma manera, como los koalas.
Pero
solo lo hacen en determinadas circunstancias, como cuando sus dientes
se han desgatado completamente por su avanzada edad o cuando las
hembras lactantes necesitan comer más para alimentar a sus crías.
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