El caballito de mar es uno de los animales marinos más encantadores y extraños que existen.
Realmente hace honor a su nombre. Su hocico alargado combinado con esas
aletas pectorales que parecen orejas, hacen que la parte superior de su
cuerpo parezca la cabeza de un caballo, de los que andan por tierra
firme.
Los investigadores han estudiado la mecánica del cuerpo del
caballito de mar, han hecho cálculos matemáticos y experimentos con
simuladores, y han concluido que nadar de pie les da ventaja a la hora de cazar.
Que
la forma de su cabeza, el cuello y la postura de su tronco les permite
capturar sus presas preferidas, las gambas, cuando están a mayor
distancia.
Otro grupo de científicos opinan que es un detalle más de su disfraz de camuflaje.
Y que cuando parte de estos antepasados comenzaron a vivir en las
praderas submarinas, es decir, en aguas bajas con vegetación vertical
-con césped acuático- evolucionaron incorporando la natación vertical a
su disfraz. Y además, nadar de pie no solo les hace casi invisibles en ese entorno, también les permite agarrarse a las matas de cesped con la cola.
Existen unas 275 especies de caballitos. Y todas son expertas en pasar desapercibidas. Sus colores siempre están acorde con la vegetación marina que les rodea. Su
cuerpo está incluso cubierto con placas que algunas especies tienen
desarrolladas de tal forma que imitan con absoluta perfección las
algas. Pero a pesar de su magnífico disfraz, la inmensa mayoría de los caballitos de mar están en peligro de extinción.
ke guay
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